miércoles, 2 de enero de 2008

Leyenda del Pan Dulce


En la localidad de Recco, en la costa lígure, vivía un panadero conocido como Don Zenone. Entre sus ayudantes, había uno que era más hábil que los otros para cumplir sus tareas.

Don Zenone, tan viejo como astuto, había descubierto que su protegido andaba perdido por una bella lugareña: la altiva Adalgisa, hija de gente noble y muy rica.

La mezcla del pan, por aquellos tiempos, llevaba sal y, a veces, azúcar cuando se la quería convertir en algo más atractivo. Pero por un milagro de amor nació lo que hoy conocemos como pan de Navidad; el famoso panettone de los italianos.

Para alagar y conquistar el corazón de la bella, Don Zenone le indicó al enamorado que remojara pasas de uva y otras frutas secas en buen vino del país. Agregó un puñado de nueces y almendras de los árboles del huerto, y agua de azahar para perfumar.

El primer pan dulce nació cuando los ingredientes se mezclaron con el simple pan levado y el con el azúcar. De esta forma no tardó en convertirse en el postre preferido en la celebración de la Navidad. Así se convirtió en el símbolo de la mesa hogareña.